Una
escena de enseñanza Asfura – Primer intento
Miércoles.
Nueve de la mañana. Segunda hora después del primer recreo. Los alumnos
comienzan a ingresar al curso. Cada uno de los 25 alumnos de primer año “B”
saluda con un: -Hola profe. Y se sientan. Cuando están todos, comenzamos.
Lo
primero que hacemos es armar una ronda con los bancos de modo tal que todos nos
veamos. Mediante un par de preguntas retomamos el tema de la clase anterior:
“texto narrativo”. Intercambio de preguntas multidireccionales para llegar al
planteo de la consigna: todos deben pensar un protagonista, un tópico y una
escena para comenzar a escribir la historia.
Uno
de los alumnos comienza a escribir mientras el resto intercambia ideas conmigo.
Luego, una de las chicas da el puntapié
inicial, y pasa la hoja a uno de sus compañeros y este a otro. La idea es que
cada uno incorpore algo propio al texto, pero debe existir cierta
correspondencia entre una cosa y la otra para lograr un texto con coherencia y
cohesión (aspectos vistos anteriormente).
El
orden no está explicitado, puede ir hacia la derecha, izquierda, salteado; lo
que importa es que todos puedan ser partícipes, incluso evaluando lo escrito
por el compañero y autoevaluándose.
Unos
veinte minutos antes de que termine la clase, la docente –yo- propone que los
estudiantes realicen una evaluación reflexiva acerca de la tarea, guiándolo con
preguntas pero no dándole respuestas.
Una
escena de enseñanza Asfura – Revisión
Miércoles
a las nueve de la mañana. Segunda hora después del primer recreo. Los alumnos
comienzan a ingresar al curso. Cada uno de los 25 alumnos de primer año “B”
saluda con un: -Hola profe. Y se sientan. Cuando están todos comenzamos.
Mediante
un par de preguntas se retoma el tema de la clase anterior: “texto narrativo” para recuperar
conceptos que refieran a la estructura
del mismo, ficción y género, trabajados anteriormente. Se da
lugar a las dudas que los estudiantes puedan tener para resultas ya sea por
parte del docente –yo- o por el aporte de algún compañero para finalmente plantearse
la actividad de esa clase. Agrupados en no más de cuatro, los estudiantes
deberán retomar los elementos propios de algún género y escribir un breve relato
que consideren representativo del género elegido. La propuesta se orienta a
generar un “aula taller” donde los
alumnos a partir de la práctica que supone la escritura puedan diferenciar
géneros y reconocer los elementos que estructuran un texto narrativo ficcional.
La
actividad debe ser resuelta con la participación de todos los miembros. La
docente, por su parte controla, sugiere y resuelve dudas que surgen de la producción. Una
vez que todos los grupos terminan su relato, faltando 30 minutos para el
recreo, se propone la lectura en voz alta de cada uno –sin que los estudiantes
que lo escribieron digan a qué género pertenece- para debatir y reflexionar
acerca de cómo se estructura, qué elementos posee y a qué género pertenece.
Una
escena de enseñanza Asfura – última versión
Miércoles.
Nueve de la mañana. Segunda hora después del primer recreo. Los alumnos
comienzan a ingresar al curso. Cada uno de los 25 alumnos de primer año “B”
saluda con un: -Hola profe. Y se sientan. Cuando están todos comenzamos.
Mediante
un par de preguntas se retoma el tema de la clase anterior: “texto narrativo” para recuperar
conceptos que refieran a la estructura
del mismo, ficción y género anteriormente trabajados. Se da
lugar a las dudas que los estudiantes puedan tener.
La
consigna que guía la clase es la de diferenciar los géneros literarios: maravilloso, fantástico y ciencia ficción.
Los alumnos deben agruparse en grupos de no más de cuatro estudiantes; a los
mismos se les asigna un género en particular sobre el cuál deben escribir un
relato breve que sea representativo, para ello, deben pensar y seleccionar
elementos que crean pertenecen al mismo, como así también la estructura narrativa.
La
propuesta se orienta a generar un “aula
taller” donde los alumnos a partir de la práctica que supone la escritura
puedan diferenciar géneros y reconocer los elementos que estructuran un texto
narrativo ficcional. La idea de que sea una producción grupal se vincula con el
concepto de la “zona de desarrollo
próximo” (Vygotski 1931); para que sea de ese modo (y que no haya un solo
alumno que escriba) se propone que haya un debate en el grupo, donde se pueda
consensuar la escritura y donde cada estudiante sea el encargado de llevar a
cabo una parte de la producción. Como docente adopto el rol de reguladora de
tiempo, control de la actividad, guía y si me resulta posible, sacar dudas
abriendo camino a la reflexión.
Una
vez que todos los grupos terminan su relato, faltando 30 minutos para el
recreo, se propone la lectura en voz alta de cada relato –sin que los
estudiantes que lo escribieron digan a qué género pertenece- para debatir y
reflexionar acerca de cómo se estructura, qué elementos posee, a qué género
pertenece y qué lo diferencia de los otros géneros.
Daniela Asfura
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