martes, 29 de septiembre de 2015

El sentido de la escritura

El sentido de la escritura en mi vida fue creciendo a medida que fui entendiendo y descubriendo la lingüística. En mis primeros años de carrera la lingüística era lejana, era algo aporte separado de mis gustos por la lectura y la escritura. Después a mi abuela le diagnosticaron Alzheimer y en ese mismo momento yo comenzaba tercer año de la universidad.
Primero fue olvidándose de las palabras, confundía mariposa con marioneta, buscaba explicarme con las manos las palabras que quería decir y con mi familia tratábamos de entender y poder decirlas nosotros. Ella sabía qué palabra quería decir pero no la recordaba. Había días en que no podía siquiera formar una oración; luego se olvidó de cómo leer y escribir.
Desde allí entendí que la lingüística se relaciona directamente con cada ser humano, que es parte nuestra, me puse en su lugar queriendo imaginar qué hubiera pasado conmigo si un día despierto y no recuerdo más cómo leer o escribir. Y creo que eso acabaría con mi vida; porque la escritura la salvó, porque muchas veces me suicidé en un papel y porque esa muerte plasmada en letras me dio vida y nacieron cosas nuevas.
Quise abocarme a eso: al Alzheimer, a ver qué pasa con ese cerebro, pero pienso que mi capacidad no llega a entender algo tan complejo que implica otras áreas de las que no tengo ningún conocimiento. Es por eso que fui inclinándome hacia la escritura creativa. Creo que es la forma de seguir adelante, de suicidarse sin lastimarse y mediante esa muerte renacer; porque también en el Alzheimer es un buen recurso, para vivir un poquito más, aunque sea un día, aunque sea unos versos.
Micaela Pereyra

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