martes, 29 de septiembre de 2015

Final Adquisición y Desarrollo del lenguaje

Escribir una narración que vincule el contenido del texto Tecnologías de la Inteligencia, de Pierre Lévy, con los procesos de adquisición y desarrollo del lenguaje.

Albajari habla de los viejos textos que ha leído y releído una y otra a vez como “capas de cebolla”. Lo que, por otro lado, no deja de hacerme acordar a la metáfora de Shrek: “Los ogros son… ¡como cebollas!”[1]. Bueno, los textos también, porque cada vez que los leemos hacemos asociaciones diferentes que se superponen a las que hacíamos antes. Una red amorfa de hipervínculos azules va creciendo sin límites en nuestras cabezas. Tomemos, por ejemplo, el texto más anotado, la cebolla más grande de todos los tiempos[2]. En mi caso, se trata probablemente de Volver al futuro, trilogía que he visto y vuelto a ver hasta el hartazgo desde pequeña.

La primera vez que vi la película de 1985, Marty McFly volvía a los años 50s, accidentalmente evitaba que sus padres formaran una pareja poniendo en riesgo su propia existencia y luego ponía en práctica un complejo plan para que se enamoraran en un baile del colegio. Más adelante, vi la saga entera y entonces la película de 1985 ya no era la misma. Ahora Marty McFly volvía a los años 50s, accidentalmente evitaba que sus padres formaran una pareja poniendo en riesgo su propia existencia y luego ponía en práctica un complejo plan para que se enamoraran en un baile del colegio, sin saber que en paralelo había un segundo Marty McFly venido de un futuro alternativo que ponía en práctica otro complejo plan para evitar que el plan del primer Marty McFly no fracasara por complicaciones originadas en ese futuro alternativo[3].

Sí, puede que no me haya sido tan fácil entender esto al principio. Pero la tercera o cuarta vez que vi la saga, ya no tuve que prestar tanta atención al hilo conductor de la historia y pude ver los detalles más pequeños. El shopping en el que se reúnen Doc y Marty se llama Twin Pines Mall (“pinos gemelos”). Luego Marty viaja al pasado con el DeLorean y tira abajo uno de los dos pinos que dan nombre al lugar. Al volver a 1985, el shopping se llama Lone Pine Mall (“el pino solitario”)[4].

Pero además, un día me enteré de quién era Ronald Reagan y porqué el Doc de 1955 encontraba tan ridículo que fuera presidente en el futuro[5]. Y cuando aprendí un poco de inglés, entendí el intraducible chiste de la Pepsi Free. En 1955 no existe la Pepsi dietética, por lo que al pedir una Pepsi “Free” (que significa “libre de azúcar” en 1985 pero “gratis” en los años 50s), el cantinero se enfada con Marty y le dice: “si quieres una Pepsi, tendrás que pagar por ella”[6]. Con el tiempo, también entendí las referencias a los viejos comics de ciencia ficción[7], a Star Wars, Star Trek y Van Halen[8], a Chuck Berry y a Jimmy Hendrix[9], etc, etc, etc.

Por otro lado, cuando veía Volver al futuro II en los 90s, consideraba ese 2015 como una representación bastante fiel de lo que podría llegar a ser el futuro. Esto era así por la “ingenuidad” con que se imaginaba el siglo XXI en esa época (aunque claramente hay cierto tono de parodia en la saga), pero más que nada por mi propia ingenuidad al respecto. No cabe duda de que ahora veo ese futuro de manera completamente diferente porque estoy en el año 2015 y todavía no hay autos voladores, ni correas que pasean perros por sí solas, ni cordones automáticos, ni hover boards[10] (si bien hay que admitir que algunos inventos sí se han hecho realidad). Pero además, luego de ver otras películas sobre el futuro como 2001: Odisea en el espacio (1968) o Interstellar (2014), pienso que estas historias quizás nos dicen más sobre el tiempo en que fueron hechas que sobre cómo ha de ser el futuro[11].

Finalmente, Volver al futuro significa cosas diferentes para diferentes personas. Cada uno crea su propia red de links azules, porque lee, mira, escucha y vive cosas diferentes. Para mi mamá Volver al futuro es volver a los dorados tiempos de las camisas XL, los pelos batidos y los walkman. Para mi papá es volver a todas las tardes después del colegio para ponerse el sombrero western y ver a John Wayne en la tele[12]. Para mi es volver a ver quinientas veces Volver al futuro con mis hermanos, explicarnos porqué hay dos Marty McFly en 1955, descubrir juntos que en un 1985 el mall se llama Twin Pines y en otro 1985 se llama Lone Pine, aprendernos todas las veces que Marty dice “nadie - me llama - gallina”[13] y escuchar The Power of Love[14] unas quinientas veces también.

Volver al futuro cambia cada vez que la veo porque es una saga muy compleja, con tramas enredadas, diferentes niveles e incontables detalles pequeños. Pero de la misma manera cambia cualquier película que veo, cualquier libro que leo, cualquier canción que escucho, por segunda vez. Hasta el hecho más simple, como comer un pote de cereales o viajar en colectivo, cambia cada vez que lo hago de nuevo. Y es porque todo el tiempo me cubro y nos cubrimos con una y otra nueva capa de lecturas y experiencias y entonces ya no somos las mismas personas. Nosotros somos las cebollas, igual que Shrek y el resto de los ogros.

Bibliografía
Albajari, A. (1999). La forma del ensayo. En: PAMPILLO, G. y otros. Permítame contarle una historia. Buenos Aires: Eudeba. 199-206.
Belinchón, M; Igoa, J; Rivière, A. (1992). El concepto de lenguaje. En Psicología del lenguaje. Madrid: Trotta. 17-54.
García Albea, J. (1993). La capacidad humana del lenguaje: Un ejemplo de discontinuidad evolutiva. En Mente y conducta. Madrid: Trotta. 153-181.
Jackendoff, R. (2010). La lengua como un fenómeno mental. En Fundamentos del lenguaje. Mente, significado, gramática y evolución. México: Fondo de Cultura Económica. 45-68.
Lévy, P. (1990). Las tecnologías de la inteligencia. Buenos Aires: Edicial.
Pinker, S. (2000). Capítulo 1: El instinto para adquirir un arte; capítulo 4: Cómo funciona el lenguaje. En El instinto del lenguaje. Madrid: Alianza.
Raiter, A.; Jaichenco, V. (2002). Capítulo 3: Adquisición del lenguaje. En Psicolingüística. Buenos Aires: Docencia. 39-109.
Vigotsky, L. (1988) Capítulo IV: Internalización de las funciones psicológicas superiores; capítulo VII: La prehistoria del lenguaje escrito. En El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Grijalbo:  Madrid.
Vigotsky, L. (1999). Capítulo 4:  Las raíces genéticas del pensamiento y el lenguaje;  capítulo 6: El desarrollo de los conceptos científicos en la infancia; capítulo 7: Pensamiento y palabra. En Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: Fausto.



[1] - ¿Apestan?
- Sí. ¡No!
- ¿O te hacen llorar?
- ¡No!
- Ya sé. Si las dejas al sol, se ponen cafés y les salen pelitos blancos.
- ¡Noooo! ¡Capas! Las cebollas tienen capas, los ogros tienen capas, las cebollas las tienen. ¿Entiendes? Ambos tenemos capas.
https://www.youtube.com/watch?v=Dcg4MRmOsJ4
[5] - ¿Ronald Reagan? ¿El actor? ¡Ja! ¿Y quién es el vicepresidente? ¿Jerry Lewis?
https://www.youtube.com/watch?v=tA_7V8r4uvo

No hay comentarios:

Publicar un comentario