martes, 29 de septiembre de 2015

TP 2 Adquisición y Desarrollo del lenguaje

8 de abril.

Diario: hoy la profe nos dijo algo que me dejó pensando mientras volvía a casa. “El pensamiento fue primero que el lenguaje” y traté de imaginarlo, ¿cómo era posible que nunca me detuve a pensarlo?; es lógico hasta en una cuestión de tiempos históricos y yo nunca lo había pensado. Me cuesta entenderlo, en mi cabeza ya estructurada y por la naturalización de nuestro lenguaje, que nos diferencia de las demás especies, y que nace en nosotros de manera espontánea, como un instinto y por eso tal vez no nos sorprende… hasta que alguien en una clase te dice que existía el pensamiento sin lenguaje, entonces comenzás a ver su complejidad, su función, el motivo de su existencia: la interacción de mi forma de ver el mundo con el otro y su forma de ver la realidad; nuestra necesidad de expresarnos para poder sobrevivir, porque somos muchos – 7 mil millones – y ¿cómo lo haríamos sin lenguaje?, ¿qué nos daría la identidad si no pudiera, mediante el lenguaje, definirme como un yo y definir al otro como vos? ¿Cómo conceptualizaríamos la realidad y cómo nos relacionaríamos? Y la verdad es que no sé aún como es que se inició, porque bien podría haber sido un evento fortuito en la historia de la evolución o una capacidad que se dio por el desarrollo de la especie pero lo que sí tengo en claro - y esto es algo que mientras más lo pienso más preguntas me genera y más me sorprende - es que el lenguaje, Diario, es la ventana a lo que somos, a lo que nos hace ser cómo somos, porque el lenguaje no es sólo lo que estamos diciendo, sino lo que comunicamos –además- con los gestos (cómo cuando la profe pregunta si entendimos y nosotros decimos: ¡si! Pero bien sabe la profe que no hemos entendido nada al ver nuestras caras con las cejas totalmente desorientadas; o cómo cuando Guille me pregunta si estoy enojada y le digo: ¡NO! Pero bien sabe Guille que si lo estoy porque mi cara se convierte en traste y no sabe dónde empiezo ni donde termino, o si mirarme arriba o mirarme abajo, en fin…) y esto si es único de nuestra especie, porque cuando Pancho me ve comer maúlla y con eso me dice: dame, no me da vueltas con un: ¿qué comés de rico? Para que yo en un acto de amabilidad le diga: pollo, servite. Entonces ésta cualidad del lenguaje lo hace aún más maravilloso, ¿no crees?, por tener la posibilidad de decir o no decir y tomar al silencio como una forma igualmente válida de comunicación, por tener la posibilidad también de decirle a la profe que ¡sí, entendemos! y con eso zafar de otra larga y ardua explicación de su parte, aun corriendo el riesgo de que la profe nos conteste: bueno, Pereyra, usted que entendió, ¿puede explicárselo a su compañera? y ahí reírnos de la contradicción porque la profe utilizó la misma posibilidad de decirme las cosas entre líneas y hacerme notar que sabe que no entendí y decírmelo indirectamente al pedirme que se lo explique a mi compañera…

¿qué pasa, entonces, con esos contenidos ocultos? Con eso que decimos de forma indirecta, con ésta cualidad que nos corresponde solo a nosotros. Estos contenidos nos permiten deducir la interpretación más relevante y leer entre líneas, según nuestra cultura, moral y ética. Sirven como una forma de negociar entre nosotros, una forma de ponernos de acuerdo o de lograr lo que se tiene en mente conseguir ya sea con un fin comunitario, de dominación, de reciprocidad o meramente sexual. Tenemos el poder de transformar los conceptos y aplicarlos a dominios abstractos, entonces pensar el lenguaje desde esta perspectiva hace que las palabras tengan el valor que naturalmente le quitamos, entonces los “te amo” ya significan otras cosas al igual que los no puedo vivir sin vos o los no sos vos, es la remera la que te hace más gordita…

Y lo mismo empezó a pasarme en la literatura, Diario…Por ejemplo en ese poema de Gelman que dice:

A donde irá a parar

Tanta desolación

Tanta hermosura.

Hemos hecho y des-hecho.

Hablen, trabajadores del amor

Hoy significa muchas cosas, significa mucho más, el hecho y des-hecho hoy me hace llorar, hablen, trabajadores del amor me dice algo entre líneas, más allá de lo que está diciéndome Gelman en realidad. Entonces la literatura sirve para algo más que para construir una simple historia, las palabras hacen (no sólo cambian) el mundo, como los titulares de los diarios y las publicidades de los grandes carteles, los manuales del colegio o las canciones. Y en esto es que encuentro el sentido y la respuesta al ¿para qué sirve la lengua y la literatura en la escuela y en la vida de cada uno de los seres humanos?

Y quedo maravillada y desnaturalizo mi lenguaje, veo que es algo increíblemente complejo e imposible de entender en su totalidad porque va más allá, porque es infinito, algo de nunca acabar. Y me apasiona, el no tener bien en claro cómo comenzó pero si entender que hoy por hoy, el lenguaje, la comunicación es la raíz de nuestra organización, es una creación humana colectiva que nos mueve día a día y nos permite sobrevivir, palabra a palabra.
Micaela Pereyra

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